Comunicado ante los hechos acontecidos en Torre Pacheco.
¡Contra el Racismo organización antirracista!

#NingunaAgresionSinRespuesta
#ElRacismoMata
#GoraBorrokaAntirracista
Desde nuestros colectivos queremos expresar nuestra alarma, indignación y repulsa ante la oleada de violencia racista e islamófoba contra la población migrante, en concreto, la población magrebí en la localidad de Torre Pacheco (Murcia).
Esta escalada de odio, amenazas y agresiones no son fruto de la casualidad, ni son hechos aislados. Es consecuencia directa del discurso de odio deshumanizante que por años se ha propagado a través de bulos, noticias falsas, criminalización mediática e inacción institucional. Personas migrantes están siendo acosadas, señaladas y perseguidas, muchas se han visto obligadas a permanecer encerradas en sus viviendas o comercios por miedo a represalias. Se han difundido públicamente mensajes y convocatorias incitando a “cacerías de inmigrantes”, lo cual constituye en sí mismo un delito de odio. Algunos medios de comunicación y figuras políticas han contribuido a la propagación de estigmas y prejuicios, fomentando el miedo y la polarización social.
Es importante y necesario recordar que hace 25 años, El Ejido (Almería) se convirtió en el epicentro de una cacería de migrantes que derivó, al igual que en Torre Pacheco, en centenares de heridos, comercios regentados por personas migrantes destrozados y desplazamientos forzados de la población migrante y racializada que aterrada, tuvo que huir del lugar donde habían echado raíces. Lo vivimos recientemente en Marcilla con ataques a menores migrantes y en San Adrián pocos días después, lo vimos también en Hernani, lo vemos cada día en nuestras calles cada vez que pretenden que normalicemos la presencia policial constante en nuestra calle y la continua publicación en medios de comunicación de noticias donde se vincula el origen nacional a la comisión de delitos, lo constatamos cada vez que las Instituciones impiden o dificultan el acceso al padrón o al sistema de protección social escudándose en el efecto llamada. Lo llevamos viviendo y denunciando años: el racismo institucional se perpetúa y alimenta el odio que está calando de manera brutal en nuestros barrios y pueblos.
La apelación a la “seguridad ciudadana” no puede, bajo ningún concepto, servir de coartada para justificar prácticas de violencia racista ni para alimentar el imaginario colectivo que vincula migración con delincuencia. Los cuerpos racializados, especialmente los de personas migrantes negras, árabes o musulmanas, han sido históricamente construidos como amenazas, incluso cuando son quienes más sufren la exclusión, la precariedad y la violencia estructural. No toleraremos que se utilice la “seguridad” como excusa para fomentar linchamientos sobre los mismos cuerpos, una y otra vez deshumanizados, que siempre son señalados como peligrosos, sospechosos o prescindibles.
Llevamos años denunciando cómo se ha perpetuado este relato del odio, tanto por acción: por quienes deciden sacar rédito político y social para reconstruir y establecer estructuras autoritarias, como por omisión: por quienes han decido callar, omitir y no hacer una defensa de igualdad de derechos y un reconocimiento del racismo institucional de manera integral. Todos ellos han contribuido a fortalecer la siempre actual política del miedo y la criminalización preventiva, donde se construye a colectivos enteros como peligrosos y rechazables, cuando además se trata casualmente de quienes son empujados previamente a los márgenes por el sistema, quienes no son considerados como sujetos políticos de derechos o no cumplen requisitos. Es así cómo se legitima una mayor presencia policial y recortes de libertades. Este seguritarismo convierte a personas migrantes y racializadas en chivos expiatorios, presentándolas como amenazas reales, mientras se ocultan las verdaderas causas de la desigualdad y la violencia estructural.
Es decir, la bestia del fascismo existió siempre, la cuestión es cómo ha sido alimentada. El debate no es qué hacemos con la inseguridad, porque la respuesta del sistema será siempre rápida y eficaz: control y castigo. El debate sería más bien cómo construir una sociedad basada en la absoluta igualdad de derechos y cómo deconstruir las estructuras del poder y el orden establecido sobre los privilegios de unos pocos, de siempre los mismos.
Por todo ello, hacemos un llamado a:
● Sostener y ampliar redes de apoyo y cuidado mutuo para proteger a las personas migradas y racializadas frente a las múltiples violencias estructurales que las atraviesan y frente a todos los ataques y amenazas.
● Visibilizar y denunciar colectivamente el racismo estructural y las violencias sistemáticas, sin delegar nuestra seguridad en instituciones y cuerpos policiales, que son parte del problema.
● Organizar acciones autónomas y espacios seguros que fortalezcan la autodefensa comunitaria y la solidaridad entre barrios, más allá de los marcos punitivos.
● Construir y difundir prácticas antirracistas desde abajo, apostando por la educación crítica, la memoria y la acción directa, para desmontar los discursos de odio y las jerarquías impuestas.
Firman este comunicado: SOS Racismo Nafarroa, Salhaketa Nafarroa, Paris 365, Haritu, Médicos del Mundo Navarra, Oxfam Intermon, Punto de Información a Personas Migrantes (PIM), Apoyo Mutuo, Dar Etxea, Mugak Zabalduz, BDZ Nafarroa, Gaz Kalo, Itaka Escolapios, AZTA